GA260. Colocación de la Piedra Fundamental de la Sociedad Antroposófica

Por medio de Rudolf Steiner

En Dornach, el 25 de diciembre de 1923, a las 10 hs de la mañana[2]

Mis queridos amigos!

Como primeras palabras, resuene hoy en esta sala el resumen de aquello que puede presentarse ante sus almas como el resultado más importante de los últimos años. Después habrá que decir algo más acerca de estos versos, que son en su forma actual una síntesis. Pero primero dejemos que nuestros oídos sean tocados por estas palabras, para renovar así, de acuerdo a nuestra comprensión, desde los signos del presente, las antiguas palabras de los misterios: «Conócete a ti mismo».

 Alma humana!
tu vives en los miembros
que por el mundo del espacio
en el ser del mar espiritual te llevan:
Ejercita la recordación espiritual
en las profundidades del alma,
donde en el obrar del Ser creador de los Mundos[3],
se hace ser el propio Yo en el Yo de Dios;
y vivirás verdaderamente en el Ser-Humano-Cósmico

¡Alma humana!
Tú vives en el pulso del corazón y del pulmón,
que a través del ritmo de los tiempos,
al sentir del propio ser del alma te conduce:
Ejercita la contemplación espiritual[4]
en el equilibrio del alma
donde los fluctuantes actos del devenir de los Mundos
unen el propio Yo al Yo de los Mundos;
y te sentirás verdaderamente
en el obrar del alma humana.


¡Alma humana!
Tú vives en la quietud de la cabeza
que desde los fundamentos de la eternidad,
los pensamientos cósmicos te transmite:
Ejercita la visión espiritual
en la calma de los pensamientos,
donde los eternos fines de los Dioses
regalan luz del Ser de los Mundos al propio Yo para su libre voluntad;
y pensarás verdaderamente en los fundamentos del espíritu humano.

  

¡Mis queridos amigos!

 Si hoy miro hacia atrás, precisamente hacia aquello que fue posible traer de los mundos espirituales mientras las terribles borrascas de la guerra azotaban el mundo, entonces eso debe ser resumido paradigmáticamente en la triplicidad de los versos que han resonado en vuestros oídos.

Desde hace décadas pudo ser percibida aquella trimembración del ser humano, por medio de la cual el hombre puede dar vida en forma renovada al “Conócete a ti mismo” en la totalidad de su ser como espíritu, alma y cuerpo. Esta trimembración pudo ser percibida ya desde hace décadas. Yo mismo pude llevarla por primera vez a su madurez durante la última década de los años tormentosos de la guerra. Entonces intenté indicar cómo el hombre también vive en el ámbito físico en su sistema metabólico y de los miembros[5], en su sistema rítmico del corazón y en su sistema pensante y perceptivo de la cabeza. Y se puede tener la plena convicción de que el hombre –si acoge en sí esta trimembración de la manera adecuada, como lo hemos indicado ayer, al vivificar su corazón con Antroposofía– entonces llega a conocer, en tanto aprende a conocer sintiendo y queriendo, qué es lo que en realidad hace cuando vivificado por los espíritus de los Mundos, se sitúa por medio de sus miembros en las amplitudes del espacio; entonces llega a conocer, al captar activamente el mundo –no en actitud sufriente o pasiva, sino al asir activamente el mundo, al cumplir con sus deberes, con sus tareas y su misión en el mundo–al Ser del omniabarcante[6] amor humano y cósmico, que es un miembro en la totalidad del Ser del Cosmos[7]. Y podemos tener la plena convicción de que cuando el ser humano capte el misterio maravilloso que obra entre el pulmón y el corazón –en el cual, perceptible interiormente, se expresa cómo los ritmos del Cosmos[8] que obran a lo largo de milenios, de eones, entran en oleadas en el ritmo del pulso y de la sangre y despiertan lo anímico cósmico en el ser humano–, entonces cabe esperar que al llegar a conocer con el corazón como órgano de conocimiento lleno de sabiduría, el ser humano pueda experimentar cómo las imágenes cósmicas, otorgadas por la divinidad, revelan activamente desde sí mismas el Cosmos[9]. Y al igual que se capta el imperante amor cósmico en el movimiento activo propio, así también se captarán las imágenes arquetípicas de la existencia del Cosmos, cuando uno sienta en sí mismo la misteriosa transición entre el ritmo del Cosmos y el ritmo del corazón y por medio de éste, de nuevo el ritmo humano que se despliega misteriosamente en el ámbito anímico-espiritual entre el pulmón y el corazón. Y si el ser humano llega a percibir de manera correcta por medio de su sentir lo que se revela en el sistema de su cabeza, que reposa sobre sus hombros aun cuando él camina, entonces sintiéndose a sí mismo en su sistema de la cabeza y vertiendo en ella el calor del corazón, llegará a tener la vivencia de los pensamientos del Cosmos que reinan, obran y tejen en su propia entidad.

Y así él se convertirá en la triada de toda la existencia: el amor cósmico reinando en el amor humano, la imaginación cósmica reinando en la configuración del organismo humano y los pensamientos cósmicos reinando misteriosamente en los trasfondos de los pensamientos de la humanidad[10]. Comprenderá esta trimembración y se reconocerá a sí mismo como ser humano individual libre en el imperante obrar divino del Cosmos[11], como ser humano cósmico, ser humano individual en el ser humano-cósmico, obrando como ser humano individual en el ser humano-cósmico para el futuro del Cosmos. Y así, desde los signos del presente, renovará las antiguas palabras: «Conócete a ti mismo».

Los griegos, podían aun omitir la segunda parte de esta frase[12], porque para ellos el yo humano no se había convertido en algo tan abstracto como es ahora para nosotros, concentrado en el punto abstracto del yo, o como mucho en el pensar, sentir y querer. Ellos comprendían la naturaleza humana como un todo según espíritu, alma y cuerpo. Por eso los griegos creían poder abarcar al hombre en su totalidad según espíritu, alma y cuerpo, cuando hacían resonar esta antiquísima palabra solar, la palabra de Apolo: «¡Conócete a ti mismo!».

Más si nosotros queremos renovar de manera correcta estas palabras, según lo requieren los signos de nuestro tiempo, tenemos que decir: Oh alma humana, conócete a ti misma, en el tejer de tu ser en espíritu, alma y cuerpo. Entonces habremos comprendido lo que se haya como fundamento en toda entidad humana. Y en esta sustancia cósmica actúa, se manifiesta y vive el espíritu que fluye desde las alturas y se revela en la cabeza humana; la fuerza del Cristo que obra por doquier en derredor[13], que circulando alrededor de la Tierra teje con los aires, actúa y vive en nuestro sistema respiratorio; y reconocemos las fuerzas de las profundidades que ascienden desde el interior de la Tierra y actúan en nuestros miembros. Y si en este momento reunimos estas tres fuerzas –las fuerzas de las alturas, las fuerzas de la periferia y las fuerzas de las profundidades– en una sola sustancia configuradora: entonces podremos colocar ante la comprensión de nuestra alma el dodecaedro humano frente al dodecaedro cósmico. Y a partir de estas tres fuerzas: a partir del espíritu de las alturas, a partir de la fuerza del Cristo en derredor, a partir del obrar del Padre, de la actividad creadora del Padre que emana de las profundidades, queremos en este instante formar en nuestras almas la Piedra Fundamental dodecaédrica para sumergirla en el fondo de nuestras almas, para que esté presente como poderosa señal en los vigorosos fundamentos de la existencia de nuestra alma y así, en el obrar futuro de la Sociedad Antroposófica, podamos estar erguidos sobre esta firme Piedra Fundamental.

¡Permanezcamos siempre conscientes de esta Piedra Fundamental para la Sociedad Antroposófica que hoy hemos formado! Guardemos bien el recuerdo de esta Piedra Fundamental que hoy hemos sumergido en el fondo de nuestros corazones para todo lo que queramos hacer, tanto fuera como aquí mismo, para fomentar, desarrollar y llevar a su pleno despliegue a la Sociedad Antroposófica. Busquemos en el hombre trimembrado que nos enseña el amor, que nos enseña la imaginación cósmica, que nos enseña los pensamientos cósmicos. Busquemos en él la sustancia del amor cósmico que colocamos como fundamento, busquemos en él el arquetipo de la imaginación según la cual formamos el amor cósmico en nuestro corazón; ¡busquemos la fuerza de los pensamientos que proviene de las alturas, para permitir que esta formación dodecaédrica imaginativa de amor resplandezca de la manera apropiada!

Entonces podremos llevarnos de aquí lo que necesitamos. Entonces la Piedra Fundamental resplandecerá ante los ojos de nuestras almas; esa Piedra Fundamental que recibe su sustancia del amor cósmico-humano, su imagen plástica, su conformación, de la imaginación cósmico-humana y su luz resplandeciente de los pensamientos cósmicos-humanos; una luz resplandeciente que en todo instante, si recordamos estos momentos, puede irradiar hacia nosotros impulsando con veracidad nuestros actos, nuestro pensar, nuestro sentir y nuestra voluntad.

Y el suelo adecuado en el que debemos colocar la Piedra Fundamental de hoy, el suelo adecuado, lo constituyen nuestros corazones en su armoniosa colaboración, en su buena voluntad impregnada de amor, para llevar juntos la voluntad antroposófica por el mundo. Esto podrá irradiar hacia nosotros en cualquier momento como exhortación, desde la luz de los pensamientos que irradian de la Piedra dodecaédrica de amor que hoy queremos sumergir en nuestros corazones.

Mis queridos amigos, esto es lo que queremos acoger realmente en nuestras almas. Con ello queremos dar calor a nuestra alma, con ello queremos iluminar nuestra alma. Y queremos custodiar este calor del alma y esta luz del alma que hoy hemos plantado en nuestros corazones desde la buena voluntad. Los plantamos, mis queridos amigos, en un momento en que el recordar humano que realmente comprende el mundo, mira atrás hacia aquel punto de la evolución humana donde en el giro crucial de los tiempos, cuando desde las tinieblas de la noche y desde la oscuridad del sentir moral humano, irrumpiendo como la luz del cielo, nació el Ser divino que se convirtió en el Cristo, el Ser espiritual que entró en la humanidad. Y la mejor forma de dar vigor a ese calor del alma y a esa luz del alma que necesitamos, es vivificarlos con aquel calor y aquella luz que en la transición de los tiempos, irradió como la Luz de Cristo en la oscuridad del mundo.

 Ahora queremos vivificar en nuestro corazón, en nuestro pensar y en nuestra voluntad, esta sagrada noche prístina de Navidad que tuvo lugar hace dos milenios, para que nos ayude cuando queramos llevar al mundo lo que irradia hacia nosotros por la luz de los pensamientos de la Piedra dodecaédrica de amor, formada a imagen de los Mundos y trasladada al interior humano. Y sea así dirigido el sentir de nuestro corazón hacia la sagrada noche prístina de Navidad en la antigua Palestina:

 

En el giro crucial de los tiempos [14] 
entró la luz del Espíritu del Cosmos[15] 
en la corriente del ser terrenal; 
las tinieblas de la noche 
dejaron de imperar; 
luz clara como el día   
resplandeció en las almas humanas; luz,
que da calor a los pobres corazones de los pastores; 
luz,
que ilumina las sabias cabezas de los reyes.
Luz divina,
Cristo-Sol,
calienta nuestros corazones;
ilumina nuestras cabezas;
que llegue a ser bueno,
lo que de corazón fundamos,
lo que desde nuestras cabezas
llenos de metas, queremos conducir.
  

Este sentir que se retrotrae hacia la sagrada noche prístina de Navidad puede darnos la fuerza para calentar los corazones e iluminar las cabezas y que necesitamos para ejercitar correctamente, trabajando antroposóficamente, aquello que puede surgir del conocimiento del ser humano trimembrado que se armoniza en la unidad.

 

Por eso, sea puesto de nuevo como resumen ante nuestras almas, lo que resulta de una verdadera comprensión del «¡Conócete a ti mismo según espíritu, alma y cuerpo!»; sea puesto tal y como obra en el Cosmos[16], para que a nuestra piedra, que ya hemos sumergido  en el fondo de nuestros corazones, le hable desde todas partes del ser humano, la vida humana y el obrar humano, lo que el Mundo tiene que decir al ser humano, a la vida humana y al obrar humano.

 

¡Alma humana!
Tú vives en los miembros 
que por el mundo del espacio
en el Ser del mar espiritual te llevan:
Ejercita la recordación espiritual
en las profundidades del alma,
donde en el obrar
del Ser creador de los Mundos,
se hace ser
el propio Yo 
en el Yo de Dios;
y tú vivirás verdaderamente
en el Ser-Humano-Cósmico.

Pues obra el Espíritu Padre de las alturas
engendrando Ser en las profundidades del Cosmos:
Seraphim, Cherubim, Thrones[17],
dejad que resuene desde las alturas,
lo que encuentra eco en las profundidades,
y lo que en el eco de las profundidades
deja que resuene
el misterio de las alturas; 
Esto dice:
Ex Deo nascimur. 
Esto lo oyen los espíritus elementales
en el Este, en el Oeste, en el Norte, en el Sur:
¡Quieran oírlo los hombres!

¡Alma humana!
Tú vives en la pulsación del corazón y del pulmón,
que a través del ritmo de los tiempos,
al sentir en el propio ser del alma te conduce:
Ejercita la contemplación espiritual
en el equilibrio del alma,
donde los fluctuantes
actos del devenir de los Mundos
unen
el propio Yo
al Yo de los Mundos;
y tu sentirás verdaderamente
en el obrar del alma humana.

Pues obra la voluntad de Cristo en derredor
agraciando a las almas en los ritmos del Cosmos:
Por los espíritus Kyriotetes, Dynamis, Exusiai,
Vosotros espíritus, dejad que desde el Oriente se encienda,
lo que por el Occidente se forma,
y el fuego del Oriente,
que recibe su configuración desde el Occidente,
dice: 
ln Cristo morimur.
Esto lo oyen los espíritus elementales
en el Este, en el Oeste, en el Norte, en el Sur:
¡Quieran oírlo los hombres!

¡Alma humana!
Tú vives en la quietud de la cabeza
que desde los fundamentos de la eternidad,
los pensamientos cósmicos te transmite:
Ejercita la visión espiritual 
en la calma de los pensamientos,
donde los eternos fines de los Dioses
regalan
luz del Ser de los Mundos
al propio Yo
para su libre voluntad;
y tu pensarás verdaderamente
en los fundamentos del espíritu humano.

Pues obran los pensamientos cósmicos del Espíritu
implorando luz en el Ser del Cosmos.
Arcai, Arcangeloi, Angeloi,
dejad que se implore desde las profundidades
lo que es oído en las alturas,
y si es comprendido de verdad,
como resuena desde los Arcai, Arcangeloi, Angeloi,
cuando se implora desde las profundidades,
lo que puede ser escuchado desde las alturas,
entonces esto dice por el mundo:
Per spiritum sanctum reviviscimus.
Esto lo oyen los espíritus elementales
en el Este, en el Oeste, en el Norte, en el Sur:
¡Quieran oírlo los hombres!

 

¡Escuchadlo, mis queridos amigos, como resuena en vuestros corazones! Entonces fundaréis aquí una verdadera comunidad de seres humanos para Antroposofía y llevaréis al mundo el Espíritu que obra en la luz resplandeciente de los pensamientos en torno a la Piedra dodecaédrica de amor, allí donde deba irradiar luz y calor para el progreso de las almas humanas, para el progreso del Mundo.

 

 

Advertencia especial en relación a los Versos de la Piedra Fundamental:

 

En la 4° y 5° edición de la GA 260, los versos se hayan tal y como Rudolf Steiner los dijo en los días del Congreso de Navidad de 1923. El verso del 25 de Diciembre es en parte distinto, lo cual se fundamenta en lo siguiente:

 

Rudolf Steiner dio el verso de la Piedra Fundamental en dos versiones. Para cada versión existen los escritos originales de puño y letra de Rudolf Steiner. La primera versión le sirvió de patrón durante el Congreso de Navidad; la segunda surgió para su publicación en el primer número de la hoja informativa para miembros «Lo que acontece en la Sociedad Antroposófica. Noticias para los miembros» del 13 de Enero de 1924 bajo el título «La formación de la Sociedad Antroposófica General por el Congreso de Navidad 1923» (Véase más abajo). En esta segunda versión se encuentran ciertos cambios en relación al verso dicho oralmente por Rudolf Steiner durante el Congreso de Navidad. Los cambios más importantes residen en que las jerarquías no son llamadas por el nombre, sino por medio de una caracterización general y que los versos Rosacruces no aparecen en latín sino en alemán.

 

La razón que llevó a Rudolf Steiner a realizar estos cambios ha sido transmitida en muchas ocasiones por Marie Steiner y ha sido conservada por uno de sus colaboradores, Günther Schubert, de la siguiente manera: «Ella (Marie Steiner) habló en repetidas ocasiones de su recuerdo acerca de lo difícil que fue para el Dr. Steiner la decisión de publicar el verso de la Colocación de la Piedra Fundamental de 1923 y cómo en la versión que finalmente se imprimió él atenuó el llamado directo de las jerarquías por medio de una cierta abstracción. El Dr. Steiner quería que también en los círculos de miembros únicamente debiera ser utilizada esta versión atenuada; puesto que hay una ley en relación a semejantes versos esotéricos formados cúlticamente según la cual, la fuerza que se envía, retorna con la misma potencia, de manera que uno debería considerar si uno va a ser capaz de soportarla.»

 

A continuación se incluye la versión del verso de la colocación de la Piedra Fundamental en su visión atenuada.

dodecaedro

 

 

Verso de la Colocación de la Piedra Fundamental

 

De la publicación «La formación de la Sociedad Antroposófica

General por el Congreso de Navidad 1923″

Hoja informativa 1°año, Nr.1, 13 de Enero de 1924

 

 

¡Alma humana!
Tú vives en los miembros
que por el mundo del espacio
en el Ser del mar espiritual te llevan:
Ejercita la recordación espiritual
en las profundidades del alma,
donde en el obrar
del Ser creador de los Mundos,
se hace ser
el propio Yo
en el Yo de Dios;
y tú vivirás verdaderamente
en el Ser-Humano-Cósmico

Pues obra el Espíritu Padre de las alturas
engendrando Ser en las profundidades del Cosmos:
Vosotros Espíritus-Fuerzas
dejad que resuene desde las alturas,
lo que encuentra eco en las profundidades;
Esto dice:
De la Divinidad nace la humanidad
Esto lo oyen los espíritus en el Este, Oeste, Norte y Sur:
¡Quieran oírlo los hombres!

¡Alma humana!
Tú vives en la pulsación del corazón y del pulmón,
que a través del ritmo de los tiempos,
al sentir en el propio ser del alma te conduce:
Ejercita la contemplación espiritual
en el equilibrio del alma,
donde los fluctuantes
actos del devenir de los Mundos
unen
el propio Yo
al Yo de los Mundos;
y tu sentirás verdaderamente
en el obrar del alma humana.
Pues obra la voluntad de Cristo en derredor
agraciando a las almas en los ritmos del Cosmos:
Vosotros Espíritus-Luz
dejad que desde el Oriente se encienda,
lo que por el Occidente se forma,
Esto dice: 
En el Cristo la muerte se convierte en vida
Esto lo oyen los espíritus en el Este, Oeste, Norte y Sur:
¡Quieran oírlo los hombres!

¡Alma humana!
Tú vives en la quietud de la cabeza
que desde los fundamentos de la eternidad,
los pensamientos cósmicos te transmite:
Ejercita la visión espiritual
en la calma de los pensamientos,
donde los eternos fines de los Dioses
regalan
luz del Ser de los Mundos
al propio Yo
para su libre voluntad;
y tu pensarás verdaderamente
en los fundamentos del espíritu humano.

Pues obran los pensamientos cósmicos del Espíritu
implorando luz en el Ser del Cosmos.
Vosotros, Espíritus-Almas
dejad que se implore desde las profundidades
lo que es oído en las alturas;
Esto dice:
En los pensamientos cósmicos del Espíritu despierta el alma.
Esto lo oyen los espíritus en el Este, Oeste, Norte y Sur:
¡Quieran oírlo los hombres!

En el giro crucial de los tiempos
entró la luz del Espíritu del Cosmos
en la corriente del ser terrenal;
las tinieblas de la noche
dejaron de imperar;
luz clara como el día
resplandeció en las almas humanas;
luz,
que da calor
a los pobres corazones de los pastores;
luz,
que ilumina
las sabias cabezas de los reyes.

Luz divina,
Cristo-Sol,
calienta
nuestros corazones;
ilumina
nuestras cabezas;
que llegue a ser bueno,
lo que de corazón
fundamos,
lo que desde nuestras cabezas
llenos de metas, queremos conducir.

 

 

Traducción: Tatiana Garcia-Cuerva

Revisión literaria: Monica Cumar

 

 

©Realizando Antroposofía 2012

[1] Traducida del GA 260, 5a edición, 1994 “Die Weihnachtstagung zur Begründung der Allgemeinen Anthroposophischen Gesellschaft 1923/1924”(«El Congreso de Navidad para la Fundación de la Sociedad Antroposófica General». Notas al margen añadidas a esta edición en español.

[2] En relación a la apertura de la Colocación de la Piedra Fundamental y la reunión fundacional el 25 de diciembre de 1923: Adolf Arenson (1885-1936) escribe en una carta el 24 de diciembre de 1926 a Albert Steffen entre otros: «Rudolf Steiner no abrió el Congreso de Navidad con palabras, sino con golpes simbólicos y con ello hizo efectiva la ley de la continuidad. Puesto que a cada uno que pertenece a la institución que Rudolf Steiner describe en el capítulo 36 de su biografía, estos golpes le dicen: «Lo nuevo, que hoy quiero darles, lo pongo en relación aquí con lo dado anteriormente, fiel a la ley de lo esotérico».

[3] La palabra Welten será traducida a lo largo del texto según el contexto como Mundo, Mundos o Cosmos. Se ha evitado conscientemente la palabra universo para referirse a Welten, porque a criterio de la traductora, universo se refiere más a algo físico-visible, siendo Cosmos el lado espiritual de lo que comúnmente llamamos universo. Rudolf Steiner utiliza a lo largo de toda la Colocación de la Piedra Fundamental la palabra Welten, que literalmente se traduce como Mundo o Mundos (singular o plural según el contexto), que también puede ser traducida como Cosmos. La ventaja de Cosmos es que es «singular y plural» al mismo tiempo. La palabra Cosmos (Kosmos en alemán) también es utilizada por Rudolf Steiner durante la colocación de la Piedra Fundamental, pero solo en tres ocasiones sin asociarla a otras palabras, mientras que Welten aparece vinculada a otras palabra, por ejemplo: Menschen-Welten Wesen, Weltenliebe, Weltgedanken, etc. La pregunta es ¿por qué utiliza Rudolf Steiner fundamentalmente Welten (Mundos) y no Cósmos? Una respuesta posible es que la palabra Welten es más apropiada desde la Ciencia Espiritual para referirse más específicamente a las «regiones» espirituales de que se está hablando, siendo la palabra Cósmos más abarcante del todo, pero menos específica. Al usar la palabra Welten = Mundos está de inmediato implícito el desafío de si podemos realmente desentrañar en cada contexto de qué Mundos se está hablando. Durante el texto se ha utilizado mucho la palabra Cosmos o cósmico, pero en el Mantran, en la parte microcósmica, se ha traducido Welten fundamentalmente como Mundos, para ser fiel al desafío percibido, sabiendo que hubiera sido más fácil traducir Welten siempre como Cosmos. En la parte macrocósmica del verso sí se ha utilizado la palabra Cosmos o cósmico; allí las jerarquías y la Trinidad aportan especificidad a lo abarcante de Cosmos.

[4] El término «contemplar espiritual» elegido para la traducción de Geist-Besinnen está entre la polaridad de la recordación espiritual de la primera estrofa y la visión espiritual de la tercera. Contemplar proviene del vocablo latino contemplari: «mirar lejos». Es una palabra compuesta de cum (compañía o acción conjunta) y templum (lugar sagrado para ver el cielo). Se trata de una particular forma de mirar, que tiene lugar en el interior, pero que abarca lo lejano. Para su caracterización encontré lo siguiente: De este modo, el significado original del término «contemplar» encierra un triple contenido: a) se trata de mirar, pero de un mirar con atención, con interés, que involucra la dimensión afectiva de la persona; b) dicho interés procede del valor o calidad que posee la realidad contemplada; c) este mirar comporta una presencia o inmediatez de dicha realidad. A través de esta caracterización se pone de manifiesto esta cualidad del centro, la contemplación como capacidad que tiene lugar en el sistema rítmico, entre el recordar y el ver. En otras traducciones al español se ha utilizado a menudo la palabra reflexión para Geist-Besinnen. Reflexión transmite la imagen de un volver, un entrar a sí mismo, que es una característica esencial del Geist-Besinnen. El inconveniente de esta palabra es su uso habitual para designar una actividad meramente racional.

[5] Sinónimo de extremidades.

[6] Del alemán «das Wesen der allwaltenden Menschen- und Weltenliebe». La palabra walten es difícil de traducir. Por un lado hace referencia a algo dotado de ser y que por su presencia obra, actúa. En este caso el amor. Se podría explicar como «el amor que está y obra en todas partes». Se ha evitado usar la palabra omni-potente, porque esto transmite la imagen de un ser todo-poderoso y podría surgir una imagen algo dura de una fuerza que se impone.

[7] Gesamtweltenwesen: también puede ser traducido como «la totalidad del Ser de los Mundos».

[8] Weltenrythmen: También rítmos de los Mundos.

[9] Aquí Rudolf Steiner utiliza la palabra Cosmos (Kosmos).

[10] O también: el amor de los Mundos reinando en el amor humano, la imaginación de los Mundos reinando en la configuración del organismo humano y los pensamientos de los Mundos reinando misteriosamente en los trasfondos de los pensamientos de la humanidad.

[11] Rudolf Steiner vuelve a utilizar la palabra Kosmos.

[12] Hace referencia a la última parte de la frase que aquí aparece subrayada: «Conócete a ti mismo, según espíritu, alma y cuerpo».

[13] Umkreis: el ámbito circundante, el entorno que nos rodea.

[14] Del alemán Zeitenwende: nos da la imagen de un giro, un vuelco radical en el tiempo. En muchas traducciones de traduce como inflexión de los tiempos. En sí el término Inflexión es correcto y en geometría significa: Punto de una curva en que cambia de sentido su curvatura. El término es sin embargo algo duro en este contexto. Otro termino habitualmente utilizado es transición, «en la transición de los tiempos», aunque más adecuado por el sonido, transición transmite más la imagen de un proceso paulatino y no la de un giro por un acontecimiento que implica en nuestros calendarios un antes (a.C.) y un después (d.C.). Aquí se ha elegido la expresión giro crucial. Giro que implica cambio del curso y lo súbito y radical está expresado en crucial, que en sí tiene a su vez la imagen de la cruz.

[15] Welten-Geistes-Licht: También Luz del Espíritu de los Mundos.

[16] Aquí también usa Rudolf Steiner la palabra Cosmos (Kosmos)

[17] El nombre de las jerarquías está en latín al igual que las palabras del verso rosacruz y así también están en el original alemán.





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3 comentarios el “GA260. Colocación de la Piedra Fundamental de la Sociedad Antroposófica

  1. […] GA260. Colocación de la Piedra Fundamental de la Sociedad Antroposófica […]

  2. Darío dice:

    Gracias de nuevo Gracia! bendiciones desde la Patagonia

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